La premisa de hacer el remake de una obra de Serie B de vaqueros protagonizada por un actor blanco, sea una película o bien una serie, y convertirla en una superproducción protagonizada por un actor negro (sin ánimo de ofender con este término) es, sin duda alguna, una empresa arriesgada. Y esto es así porque, en líneas generales, el resultado puede acabar siendo esto:
Por si todo esto no fuese suficiente, Tarantino se permite hacer su propia adaptación del 'Cantar de los Nibelungos', poniendo a Django como un héroe (un Sigfried) que debe liberarse de sus cadenas para enfrentarse al fuego y a la muerte para rescatar a su particular Krimilda (aquí llamada Broomhilda). Todo ello sin olvidar el eje central del film: una larga y ardua venganza contra la esclavitud de los hombres negros, llevada a cabo por "uno de entre 10.000". Si 'Malditos Bastardos' era la venganza del pueblo judío por el Holocausto Nazi, ésta es la particular reflexión de Tarantino sobre la esclavitud y el racismo. Ah, y Spike Lee se equivoca. Yo lo dejo ahí.
Otro de los títulos con es inevitable establecer conexiones es la poderosa Mandingo de Richard Fleischer, películón más que reivindicable y que hay que rescatar con urgencia de las garras de la corrección política, tan dada a meter en el baúl todo lo que le resulta incómodo. Infravalorada en su estreno, fue objeto de polémica y escándalo, acusada de dar una visión zafia del esclavismo y de ser carnaza para los bajos instintos. Vista hoy se descubre no sólo como una película grande e intensa, sino también como el retrato más duro, cruel y despiadado que la cultura pop norteamericana ha dado del inhumano sistema social que subyace en sus cimientos.
Mandingo es un rara avis y una película única, una gran producción de Hollywood alimentada por el espíritu depredador de las explotaciones italianas. Incestos de todo tipo, salvajes peleas de mandingos (es decir, de negros entrenados como perros de presa), tortura, humillación, bajas pasiones, venganzas, sexo interracial consentido o prohibido y multitud de detalles como el uso de niños negros como cura para el reumatismo crónico. Mandingo es un drama sureño atroz y una visión decadente y voluntariamente despojada del glamour con que el viejo Hollywood vistió a Escarlata O’Hara y Rett Buttler.
Peliculas de referencia de Django
Son unas cuantas las películas que homenajea Tarantino. Por ejemplo:
- "Django" (1966) y "Salario para matar" (1968) de Sergio Corbucci.
- "Boss Nigger" (1975) de Jack Arnold.
- "Cara a Cara" (1967) de Sergio Sollim.
- "Por la senda más dura" (1975) de Antonio Margueriti.
- "Yo soy la revolución" (1966) de Damiano Damiani.
- "Le llamaban Trinidad" (1970) de Enzo Barboni
- "Mi nombre es ninguno" (1973) de Tonino Valerii
- "Mandingo" (1975) de Richard Fleischer.
- "Sillas de montar calientes" (1974) de Mel Brooks
Algunos le critican a Quentin Tarantino haber elegido un spaghetti western para abordar la esclavitud en los Estados Unidos. Es al revés: Tarantino eligió la esclavitud -como hecho contrafáctico, no como objeto de revisionismo- para abordar un spaghetti western, lo que siempre quiso hacer y, de alguna forma, siempre hizo. Claro que la venganza, motor de este subgénero, toma en Django sin cadenas una dimensión histórica, como la que tomaba la revancha contra el nazismo en Bastardos sin gloria.
Pero Tarantino no pretende ser didáctico ni arrojar luz sobre temas “importantes”, sino transmitirnos su goce primario, visceral, por el cine de acción. No sólo a modo de homenaje, que suena a remedo, sino ejerciendo su desmesurado talento narrativo, en diálogo con viejos filmes, sin resultar nostálgico. En Django...consolida su modo de hacer cine clase B de calidad clase A: con puestas en escena desbordantes de ideas; diálogos ingeniosos y digresivos; imaginación desenfrenada, torrencial; ultraviolencia y humor; gran manejo del tempo del relato, y cierto grado de locura.
Con recursos formales retro, nos cuenta -en casi en tres horas, más lineal que en otras películas- el derrotero conjunto del Dr. Schultz (brillante Christoph Waltz) y del esclavo Django (Jamie Foxx). Schulz es un dentista alemán que, en Texas, a mediados del siglo XIX, antes de la guerra civil, hace fortuna como cazarrecompensas. En la secuencia inicial libera a Django, cuya mujer está cautiva en una plantación algodonera del Mississippi, para que lo ayude a encontrar a unos convictos.
Esta primera parte, una suerte de buddy movie , los muestra matando forajidos. Waltz, que descree de supremacías raciales, es solidario con Django, aunque despiadado a la hora de lograr sus objetivos. Django, héroe negro al que todos miran con asombro y odio montado en su caballo, ejerce su venganza violenta, matizada por algunas duda morales.
No todo es western y acción en "Django", también podemos apreciar mucho humor. Es sin duda, la película más divertida hasta la fecha del director. Tiene momentos realmente delirantes, como la discusión sobre los sacos de la cabeza de ese ku klux klan tan particular. Tremenda y desternillante.
En la segunda parte, otros dos personajes funcionarán como sus enemigos/espejos deformantes: el cruel terrateniente Calvin Candie (Leonardo Di Caprio), “amo” de la mujer de Django, y Stephen (Samuel L. Jackson), su ladero negro, que combina genuflexión, síndrome de Estocolmo y fanatismo de converso. Muchos famosos aparecen en papeles secundarios o cameos de tributo. Los más ostensibles son Franco Nero, protagonista de la Django original (1966), de Sergio Corbucci, y Don Johnson. La poderosa y ecléctica banda de sonido, usada de un modo deliberadamente artificial, va de Ennio Morricone al tema Django, de Luis Bacalov.
La ironía de Schultz confronta con el cinismo de Candie. La parca valentía de Django, con el locuaz servilismo de Stephen: el primero profesa una lealtad libertaria hacia Waltz; el otro, una lealtad de esclavo (que además es esclavista) hacia Candie. En un ámbito atroz, se repite la expresión nigger, tan ofensiva como “negro de mierda”. Pero la posición de Tarantino -detrás de sus excesos, más correcta de lo que se supone- se cuela, sutil, en una par de frases. Cuando Django dice que Waltz no tolera una escena terrible porque “está menos acostumbrado que yo a los norteamericanos”. Y cuando Waltz le pregunta a un desconcertado Candie, que se jacta de ser francófilo, y bautizó D’Artagnan a un esclavo, si le suena Alejandro Dumas. Dos pinceladas para retratar una poderosa idiosincrasia.
Así es el multiproclamado Tarantino: hace una bélica y le sale un espagueti-western, y hace un western y le sale una blacksplotation con vocación de serie B de buenos y muy malos. Siempre le dan un Globo de Oro o un Óscar al mejor guión, y, sin embargo, es mucho mejor director que guionista. Dicen que Django desencadenado es una obra de madurez traicionada por los guiños y citas, y, sin embargo, otros creemos que don Quentin no madurará nunca, entre otras cosas por su desmesurado ego acrecentado por las alabanzas por inercia.
Y con esto le quedará claro a todo el mundo que lo nuevo de Tarantino, sin resultar tan infumable como las dos anteriores entregas, no colma las expectativas ni de lejos. Al principio da la impresión de tener asumido a Peckimpah o a Eastwood, y de pronto uno se topa con una escena pretendidamente cómica como la de los encapuchados, que parecería poco inspirada en La hora de José Mota. Más que los guiños -esos zooms enfáticos o los cameos como el de Tom Savini- le pueden las torpezas de guión: personajes de adorno como el de Lara Lee, giros finales de traca: ¿¿¿de verdad hay algún traficante de esclavos tan tonto como para darle un arma de fuego a uno de sus cautivos???
Un último aspecto de Django desencadenado que me parece muy curioso reside en el hecho de que, a pesar de su fidelidad/respecto/homenaje o como se quiera llamar a las convenciones del western, tanto da que sea el norteamericano como el italiano, Tarantino sabe aquí marcar distancias hacia aquello que homenajea (o que copia), y no solo mediante la introducción en la banda sonora de famosos temas musicales de Ennio Morricone y Luis Enríquez Bacalov, o de canciones pop de los setenta invocadoras de ese espíritu del blaxploitation que, a la larga, es el que acaba dominando la mayor parte de Django desencadenado a partir de su segundo y tercer acto. Me refiero al hecho de que el realizador introduce determinados apuntes oníricos en relación a Django y las fantasías que tiene centradas alrededor de su esposa Broomhilda (esos momentos en que “se le aparece” mientras se baña en el lago de aguas termales, o de pie y con un elegante vestido amarillo en medio del algodonal), o esa secuencia en la que se dibuja muy bien la amistad y complicidad que se acaba formando entre Django y Schultz cuando el segundo le cuenta al primero la leyenda germana de la hija del dios Wotan-Odín. Son apuntes que le confieren buena parte de su personalidad y, sobre todo, de su sentido al film: ese carácter de fantasía cinéfila, respetuosa y a la vez irrespetuosa, con un ojo puesto en la mítica del género western y con otro en la irreverencia (un poco, salvando las distancias, como Leone), de factura a ratos casi tradicional (o que lo parece) pero que a pesar de ello se permite introducir algunos zooms “a la italiana”, y que si acaba llamando la atención positivamente dentro del contexto del cine de Tarantino es porque, al menos en esta ocasión, está mejor dosificado que de costumbre.
Curiosidades
- El papel de Django iba a ser para Will Smith quien no quiso asumir el
rol. Otros actores que fueron considerados fueron: Idris Elba, Chris
Tucker, Terrence Howard, Tyrese Gibson.
- Kevin Costner y Kurt Russell fueron considerados, pero al final no los contrataron y los personajes a quienes iban a representar fueron eliminados del guión.
- Django Unchained es la sexta colaboración entre Samuel L. Jackson y Quentin Tarantino.
- Lady Gaga fue considerada para el papel de Lara Lee Candie.
- Christoph Waltz se dislocó un hueso de la pelvis durante el rodaje al caerse de un caballo durante uno de los ensayos. Por eso en las escenas iniciales su personaje aparece sentado en una carreta-vagón.
- Tarantino tuvo que convencer a Leonardo Di Caprio para que llevara al extremo su actuación como un esclavista y aficionado a las peleas de mandingos.
- El traje de valet que usa Django se inspiró en la pintura "The blue boy", que también influenció el filme de F. W. Murnau "The boy in blue" (1919), creador de la técnica "cámara desencadenada" (unchained en inglés).
- Los hombres con capuchas blancas liderados por Big Daddy son los "Reguladores", antecesores del Ku Klux Klan formado en 1865.
- El apellido del Dr. Schultz es una referencia a la tumba de Paula Schultz donde fue enterrada La Novia en Kill Bill vol 2.
- Aunque puede parecer difícil de creer (no imposible) que en Estados Unidos se conociera Los tres mosqueteros; lo cierto es que el libro se publicó en 1844 y los hechos en Django transcurren en 1858. El escritor de la novela, Alexandre Dumas, fue hijo del marqués Alexandre Antoine Davy y de la esclava afrocaribeña Marie Cessette. Nació en la colonia francesa Saint-Domingue, actual Haití.
Tarantino ha cogido una costumbre muy fea, y es la de quererse mucho rodando. Es del estilo de Paul Thomas Anderson o Ridley Scott; tíos que se obcecan en endilgarnos casi 3 horas de peli aunque sea innecesario. La trama de 'Django unchained' no daba para 3 horas. A decir verdad, eso nunca ha sido problema para Quentin, pues ha subsanado su megalomanía en cuanto al metraje con hilaridad, desparpajo y transgresión, o sea: te tragabas las 3 horazas, pero feliz de la vida (sarna con gusto no pica). El problema es que en 'Django', 3 horas son demasiado, tanto para desarrollar el argumento, como para ofrecer un campo amplio a los momentos de brillantez que se esperan de este director. A mí me daba la impresión de que una buena parte del metraje era 'papeleo': me asustaba comprobar que llevaba ya 70 minutazos de peli y aún no había ocurrido 'tanto' como debía haber ocurrido ya.
El otro problema de 'Django unchained' es que ya existía 'Malditos bastardos' (y cuidado porque en este párrafo lo mismo suelto un spoiler). Hay demasiados puntos en común entre ambas; el infiltrarse en 'territorio enemigo', el juego de 'mentir sin que nos pillen', que se desmonte la farsa y acabe todo en una escabechina multitudinaria... 'Django' parece una 'puesta al día' de 'Malditos bastardos', sólo que con mucha más violencia, con la pila del ingenio más agotada y con el cambio de contexto al del viejo Oeste.
Aquí ya no hay narraciones paralelas, y me da que la linealidad del desarrollo se le queda pequeña a Quentin para desencadenar, como Django, su genio. Tampoco hay diálogos geniales, sólo algunos monólogos del estilo 'macarra-trascendental' que son divertidos, pero no son como 'la polla de Madonna'. Hay mucha más acción, mucho homenaje a Leone; pero nada que no se hubiese homenajeado ya en 'Kill bill' (y mucho mejor, porque en aquella se mezclaba la violencia y venganza propias del spaghetti-western, con el cine japonés 'de katanas' de los años 60, y la maldad y textura propias del 'cómic-gore').
Hasta aquí lo malo. Que si le he puesto un 7 a la peli, es porque atesora virtudes. Partiendo de que Tarantino probablemente no consiga engendrar nunca personajes tan memorables como los de Pulp Fiction, hay que reconocer que siempre nos deja tipejos grandes en sus pelis, dejando a un lado al soso de Jamie Foxx, cuyo repertorio gestual sólo conoce 'cara de palo', 'cara de pared' y 'cara de nevera'; los demás rayan a gran nivel.
Leo DiCaprio ya no es un ídolo de jovencitas, ya podemos reconocerle que es un gran actor, que se ha rehecho a sí mismo. Christoph Waltz hace el mismo papel que en 'Malditos bastardos' pero en bueno, vale, pero es que será siempre un gustazo verle, aunque le pongan a hacer siempre el mismo personaje; Joe Pesci también nos encantaba a todos con su perenne papel de gángster, o Morgan Freeman haciendo de buenazo. El caso es que Waltz actúa con una tranquilidad impresionante, se pasea delante de la cámara como quien saca de paseo al perro, y eso sólo lo consigue un grande: hacer un personaje 'de película': exagerado, carismático, cachondo; pero como si no hubiese cámaras. Para mí, uno de los mejores actores de la actualidad y el principal motivo para ir a ver 'Django unchained'.
Y luego está Samuel L. Jackson. Sale relativamente poco en pantalla, pero lo borda. Caricaturizando a uno de esos negros más convencidos de su posición estamental que los clasistas más recalcitrantes; vaya, un negro-racista. Y encima histriónico y cojo. Casi que tendría que haber protagonizado él la peli.
'Django unchained', como película en sí, me ha molado mucho; como película de Tarantino, ya no tanto. A 3 horas de violencia y de homenaje a Lee Marvin, Henry Fonda o Eli Wallach y demás tipejos sucios y desarrapados escupiendo tabaco, no les hago ascos, porque son divertidas; pero sólo eso. Acabar con la sensación de que me lo hubiese pasado mejor revisionando por quinta o sexta vez 'Reservoir dogs', 'Kill bill' o 'Malditos bastardos' es señal de que Tarantino se ha limitado a jugar con los mismos códigos de siempre, muy buenos, sí, pero sin ápice de reinvención por su parte.
Seguramente sea una de las 10 o 12 mejores películas de este año, pero a Tarantino siempre me lo espero en el 'top three'.
ENLACES/FUENTES:
http://absencito.blogspot.com.ar/2013/01/el-heroe-negro-de-tarantino-y-otras.html
http://ciudadanonoodles.blogspot.com.ar/2013/01/django-tarantino-desencadenado.html
http://davidhidalgomoreno.blogspot.com.ar/2013/01/django-desencadenado-tarantino.html
http://dosparalatres.wordpress.com/2013/01/20/a-proposito-de-lincoln-y-django/
http://elcineseguntfv.blogspot.com.ar/2013/01/el-esclavo-libre-django-desencadenado.html
http://luxuryfurniturehomedesign.blogspot.com.ar/2012/06/django-unchained-official-teaser-poster.html
http://nilesfilmfiles.blogspot.com.ar/2013/01/shadow-of-nation-quentin-tarantinos.html
http://vivecinescrupulos.blogspot.com.ar/2013/01/django-sin-cadenas.html
http://www.anomalousmaterial.com/movies/2012/10/stunning-new-pics-from-quentin-tarantinos-django-unchained/
http://www.clarin.com/espectaculos/cine/Tiempo-revancha_0_857314275.html
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/929558.html
http://www.todaslascriticas.com.ar/pelicula/django-sin-cadenas
Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!
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